¿Por qué el Sector Público debería invertir en tecnología ahora?
¿Por qué el Sector Público debería invertir en tecnología ahora?
Las innovaciones tecnológicas orientadas al ciudadano, así como para uso interno de las mismas entidades de gobierno, que incluyen, entre otros, el análisis de datos, inteligencia artificial, automatización de procesos, robotización y blockchain, son una parte integral de la transformación continua de la gestión del Gobierno. Estas mejoras han sido y seguirán siendo esenciales para la prestación de servicios de atención al ciudadano, en el ámbito del valor público que debe generar el Estado. Sin embargo, a pesar del aumento del uso de la tecnología, impulsada por el impacto de la pandemia de COVID-19 y la necesidad de no detener la actividad gubernamental, esta tendencia aún no se ha introducido masivamente en todas las entidades de Gobierno de nuestro país. Con la escasez de recursos ordinarios asignados, las entidades públicas deben aprovechar al máximo lo que se les asigna en la implementación de soluciones tecnológicas que les permita cumplir eficientemente su rol.
No hay duda que los funcionarios públicos comprenden el valor de automatizar y modernizar las operaciones diarias. Sin embargo, puede ser un desafío romper con los hábitos adquiridos durante mucho tiempo o alejarse del status quo, incluso cuando la automatización indudablemente mejora los procesos de la entidad y acerca al ciudadano a ella.
No modernizar los procesos internos y la tecnología de principio a fin con las herramientas adecuadas, afecta el rol de la entidad y propaga las ineficiencias en toda la organización y en las actividades que ejecutan. La falta de tecnología conduce a retrasos en la capacidad de respuesta de las diferentes entidades de Gobierno, siendo los ciudadanos y la sociedad los principales afectados.
El factor determinante para defender con éxito la inversión en tecnología, es demostrar cómo permite a los funcionarios públicos atender aspectos como:
- El proceso de creación de un nuevo modelo de operación. Las eficiencias impulsadas por la tecnología en un mundo donde predomina la no presencialidad de actores (ciudadanos, empresas, otros), ofrece nuevas soluciones para la realización de trámites (solicitud de permisos, autorizaciones, fiscalización, otros) u obtener información clave para la toma de decisiones en la implementación de políticas públicas. No se pueden crear barreras entre la sociedad y el Estado, más aún en las circunstancias actuales debemos acercarlos y facilitar su contacto.
- Seguimiento y ejecución. Al proporcionar datos precisos en tiempo real mientras se lleva a cabo la operación diaria de las entidades, los funcionarios públicos pueden asegurarse de cumplir con las prioridades del programa y señalar los problemas a medida que se desarrollan. Las soluciones tecnológicas también pueden liberar al personal para realizar trabajos de mayor valor, lo que permite a los empleados gestionar y analizar en lugar de limitar su trabajo a actividades que no generan valor. Además, la tecnología y la automatización permiten a los usuarios generar informes que comparan datos históricos, perfeccionar los cuadros de mando y realizar ejercicios de planificación de escenarios.
Abogar abiertamente por más recursos para invertir en tecnología, siempre es difícil. Los funcionarios públicos no deben doblegar esfuerzos para conseguirlo. Perseguir de manera continua el bienestar de la sociedad y del ciudadano son principios básicos de todo Gobierno. Todos somos testigos del gran salto que se ha dado en el Perú respecto a soluciones innovadoras y atrevidas que están ofreciendo las entidades de gobierno dentro del ámbito de la transformación digital. En gran medida dichas soluciones han sido recibidas con agrado por la ciudadanía, quienes son cada vez más exigentes.