Hay una creciente atención de que ESG forma una parte fundamental de los negocios modernos y la creación de valor a largo plazo.

Cada vez son más las partes interesadas en el perfil ESG de las empresas: desde gobiernos (en forma de regulación), inversionistas (que se están alejando de realizar inversiones no ESG), empleados que quieren trabajar para empresas éticas y clientes que quieren dar su dinero a empresas con valores en línea con los suyos. Además de mejorar la reputación de una empresa, puede ayudar a mejorar la resiliencia, mitigar el riesgo y mejorar el retorno de la inversión. Por lo tanto, ESG está en la agenda de y para todos: empresas multinacionales, proveedores medianos, capital privado/otros inversionistas e individuos/oficinas familiares de alto poder adquisitivo. 

Los impuestos se encuentran dentro de cada elemento de la agenda ESG. Ya sea el cumplimiento de los Impuestos Ambientales; al cambio de actitudes hacia comportamientos aceptables en impuestos; a una mayor transparencia y estructuras sólidas de gobernanza fiscal para garantizar que las políticas fiscales que reflejen esfuerzos de sostenibilidad más amplios y que estén integradas en las organizaciones. 

Este enfoque en los comportamientos fiscales surge del reconocimiento de que, dentro del contexto de ESG, los impuestos se consideran una contribución valiosa a la sociedad, que se utilizan para pagar las estructuras esenciales del estado. 

La evasión agresiva puede provocar daños en la reputación de la empresa. Además, es probable que las empresas con un apetito por el riesgo fiscal alto/gobierno fiscal deficiente den lugar a sorpresas inesperadas en forma de intervención de la autoridad fiscal y daño a la reputación.

ESG Estrategia